lunes, 24 de octubre de 2016

HUYE DE LOS CLÁSICOS PERO CORRERÁN MÁS QUE TÚ




Cuántas veces hemos odio que algo ha de gustarnos porque es un clásico…pero ¿por qué  es un clásico?

clásico, ca
1. adj. Dicho de un período de tiempo: De mayor plenitud de una cultura, de una civilización, de una manifestación artística o cultural, etc.
2. adj. Dicho de un autor, de una obra, de un género, etc.: Que pertenece al período clásico. Esa película es un clásico del cine
3. adj. Dicho de un autor o de una obra: Que se tiene por modelo digno de imitación encualquier arte o ciencia. 

Las primeras definiciones del diccionario se refieren al nombre con el que hemos denominado a los periodos de riqueza cultural de las civilizaciones. En la antigüedad se trataría del período y geografía de Grecia y Roma. Y en nuestra civilización nos estaríamos refiriendo a los siglos de Oro, que curiosamente ya reconocían a la antigüedad Greco-romana como época clásica y que tomaron como modelo para su proceso creativo. Enlazando así con la tercera definición.
De este modo vemos como las obras del esplendor de una civilización, de una época, de un movimiento, de un género son entendidas como modelo de creación, y como tal modelo serán siempre ejemplos de perfección.
Pero hay obras que en su momento rompieron con los esquemas clásicos que se les imponía y son consideradas cómo clásicas. Veamos un par de ejemplos de circunstancias diferentes.

Lope de Vega pertenece a una época en que se seguía a los autores de la antigüedad clásica y sus obras de teatro son consideradas como clásicas e interpretadas en la actualidad por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, por poner un ejemplo significativo. Pero sus obras rompían con los cánones que el teatro clásico exigía, y ante la lluvia de críticas de sus contemporáneos escribió “El arte nuevo de hacer comedias” en el que declaraba su gusto por dicha ruptura: 

(…)y, cuando he de escribir una comedia,
encierro los preceptos con seis llaves;
saco a Terencio y Plauto de mi estudio,
para que no me den voces (que suele
dar gritos la verdad en libros mudos),
y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron,
porque, como las paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto.(…)

Del mismo modo, las novelas del romanticismo como Frankenstein de Mary Shelley rompen con todos los cánones y medidas de lo que se entendía por literatura, salen de todo rigidismo anterior, crean sin límites y acaban siendo víctimas del tiempo que los ha convertido en clásicos de la literatura.
Para cualquiera que quiera crear algo en un género, movimiento, en un estilo, su modelo de imitación, su punto de partida siempre es un clásico de ese “estilo” que quiere ver en su obra. En el caso de cambiar las bases que marcan los clásicos a seguir en ese proceso creativo, lo vemos como una ruptura con dicho estilo. Esa ruptura puede tener dos repercusiones diferentes, por un lado puede resultarnos igualmente hermoso estéticamente y reconocer un nuevo estilo de creación o por el contrario podemos reconocer el fallo del autor en tratar de pertenecer a un determinado movimiento.
Este cambio en el paradigma de belleza proporciona nuevos movimientos estéticos en el arte. Pero los cambios artísticos no son algo aislado de su circunstancia histórica y viceversa.

Pero algo que no incluye la Rae y que todos reconocemos en un clásico es que ha sobrevivido más allá de las modas de su momento histórico. Todos lo reconocemos como el paradigma de un momento histórico, cultural o social. Siempre que sentimos nostalgia de una época, vivida o no, acudimos a esos puntos de referencia “clásicos” que nos llevan a sentirla, y a defenderla como una época mejor.


¡PERO AKHENATÓN, TÍO! ¿CÓMO NO TE VA GUSTAR SI ES UN CLÁSICO?

Los cambios culturales, estéticos, históricos se condicionan unos a otros hasta el punto de que en ocasiones se difuminan y no se sabe qué fue antes. Del mismo modo, si se quiere un cambio de pensamiento ha de acceder al resto de los factores para conseguirlo, es decir, cuando un gobernante pretenda hacer un cambio brusco en la continuidad histórica habrá de conseguir que el paradigma estético de la sociedad cambie, para que olvide aquello que representaba el pasado.

Así Akhenatón rechazó lo que se consideraba el canon y la perfección en el antiguo Egipto. El Imperio Medio representaba todo lo que él quería desterrar y por ello su modo de representar el mundo había de ser desterrado también.
En este caso no tiene tanto que ver con el gusto estético como con la creación de una nueva ideología que contenga su propia iconografía y quizá si pudiéramos preguntar a Akhenatón si estéticamente le parecían hermosos los templos, pinturas y construcciones del Imperio Medio nos contestase:
 
    -Sí, pero no se lo digas a nadie…

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