sábado, 15 de octubre de 2016

CRISIS Y DISTOPÍAS
(Elvira Martínez Ropero)

Las distopías llevan al extremo uno o varios elementos en crisis en una sociedad. A través de la representación de una sociedad futura evidencian la raíz y consecuencias de la pérdida de valores, la caída de la economía, el control…
De este modo, ante la pérdida del gusto por la lectura se escribe Fahrenheit 451. Ante el control que la tecnología ejerce sobre las personas obras como Matrix. En la desertización, el cambio climático y la escasez de agua potable se inspira Mad Max. 1984 y Un mundo feliz nos hablan del control del estado sobre los ciudadanos. Algunos de estos, y muchos otros, forman parte de las preocupaciones colectivas ante periodos de crisis. Las tribulaciones ante la desesperación son las mismas a lo largo de la historia del hombre y, aunque su modo de representarlo difiera, su esencia es la misma.
Durante el Primer Periodo Intermedio Egipto sufre una época de crisis y escasez. Esta época inspiró a aquellos que sabían escribir a plasmar cómo era la situación y mostrar así la desesperación y los sucesos de una época de turbulenta de la historia de Egipto. Tomaremos para esta comparación cuatro textos que pertenecen o hablan del Primer Período Intermedio:
  • º  Admoniciones de Ipuwer
  • º  Profecías de Neferty
  • º  Enseñanzas de Merikaré
  • º  Diálogo de un desesperado con su propio Ba

Si tomamos dichos textos de hace miles de años y los argumentos de las distopías, podremos observar como los miedos de la humanidad son los mismos y se asientan en las rupturas de un orden establecido que nos asegura la paz y el progreso y nos da seguridad.

Destrucción de la tierra
El problema del medio ambiente y la sostenibilidad de una tierra explotada en exceso, así como la dejadez del hombre ante la situación, va más allá de Madmax o Waterworld y parece un problema menos actual si atendemos a las palabras de las Profecías De Neferty:

“La necesidad está recorriendo la tierra, que está arruinada completamente, y no hay nada. Se destruye la tierra y ya no hay nadie que la cuide, no hay nadie con quien hablar, ni nadie que actúe en consecuencia.  ¿Ve cómo lloran,  como se va esta tierra? El sol se oculta y no brillará para la gente. Nadie vivirá cuando el sol se oculte por las nubes, y ensordecerán por su carencia”           

En Las Admoniciones de Ipuwer es también evidente la preocupación por el maltrato a la tierra:

La tierra es maltratada y se dice: ‘No pasees aquí, mira es una red; mira se pisotea como los peces. El hombre temeroso no lo puede distinguir por el terror.

Muchas veces se hace visible la esperanza de cambio y en la imaginería de nuestro siglo hemos creado las utopías que traen de nuevo ese futuro esperanzador a la humanidad. Para este tema resulta conmovedora y muy recomendable la lectura de Waslala de Gioconda Belli.
En las Profecías de Neferty la esperanza es algo continuo, ya que además se escribió pasada la situación de crisis pero fingiendo estar en pleno Periodo Intermedio y con ello profetizar el fin de la misma.

Infertilidad
En un pueblo como el egipcio de época faraónica, la prioridad absoluta era la fertilidad de la tierra traída por el Nilo y, vinculada a ella, la fertilidad femenina, por eso las grandes épocas de escasez se ven como épocas yermas en todos los sentidos. Así nos lo muestran en las Admoniciones de Ipuwer:

(…)el Nilo inunda pero no se quiere arar para él. La gente comenta: ‘No podemos conocer lo que ocurre a través de la tierra’. [II, 4] Ciertamente, las mujeres están estériles, no se concibe y Jnum no modela por la situación del país (…)
(…)el Alto Egipto se ha convertido en tierras estériles.
De las mujeres del pueblo sale la semilla y por el camino no se encuentra nadie.  

Y en las Profecías de Neferti:

El río está seco y los hombres cruzan el agua a pie.

El fin de la fertilidad de los hombres y, con ello, el origen del fin de la humanidad es llevado al extremo en la película Los hijos de los hombres, en la que las mujeres han dejado de poder concebir y el caos ante la desesperanza se apodera del mundo. En el desarrollo de su argumento la única esperanza para la humanidad es la repentina aparición de una mujer embarazada.

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Culpar a los dioses
En la sociedad egipcia casi todo se entendía como un hecho religioso, por lo que la pérdida de la estabilidad era fácilmente relacionable con una mala comunicación con los dioses o con un castigo por parte de ellos:

Las bocas se llenan de amor propio, todas las buenas cosas con las que un dios se complace se han alejado, la ley decreta la ruina para esta tierra.
(Profecías de Neferti)

Mirad, que aquel que ignoró a su dios hace un ofrecimiento con el incienso de otro.
(…)
Mirad, los siervos comen los gansos
que se dan a los dioses en vez de bueyes
(…)
Como se desea dar a luz más que ello, la pena llegó y la necesidad está en todos los caminos. Esto es así. [XII, 4] y no podrá finalizar mientras los dioses estén en medio de ellos
(Admoniciones de Ipuwer)

Aunque nuestra sociedad ya no funciona de esta manera, el hecho religioso si forma parte de la misma. Por ello, aparecen en muchos de nuestros mundos distópicos formaciones religiosas que tratan de redimir a la humanidad a través de la religión o que acusan al ser humano de ser el culpable por sus pecados. Así sucede en Los hijos de los hombres y en muchas otras que durante el desarrollo de la acción muestran paralelamente pequeños grupos de radicales religiosos. Pero, si una película destaca en este ámbito es La cosecha, en la que se suceden una  serie de plagas al estilo bíblico y la humanidad comienza a creer que es Dios quien de nuevo las envía. Incluso el río de la ciudad se ha teñido completamente de rojo, argumento bíblico del que ya tenemos ejemplos en el antiguo Egipto:

Ciertamente, el río está ensangrentado.
Ciertamente, los corazones son violentos; las plagas [II, 6] se propagan a través del país (…)
(Admoniciones de Ipuwer)

Extranjeros
Es frecuente también encontrar que se culpabilice a los extranjeros de la crisis. Todos observamos esto en nuestra sociedad constantemente.
En algunas distopías se llega a mostrar una sociedad en la que la inmigración está totalmente prohibida. Así, sucede en Los hijos de los hombres.
En los textos egipcios que tratamos, el culpabilizar a los elementos exteriores, a los extranjeros, es una constante:

Los extranjeros se han convertido en egipcios por todas partes.
(...)el desierto invade la tierra; los nomos quedaron devastados
 y los extranjeros del exterior llegaron a Egipto.
(Admoniciones de Ipuwer)


Debe decirse esto acerca del extranjero:
Mira, el vil Asiático,
Él es un miserable a causa del lugar en que se halla
(…)
Hasta que los asiáticos aborrecieron Egipto.
No te consternes por él,
El asiático es un cocodrilo en su orilla,
Saquea en un camino solitario,
(pero) nada puede arrebatar de una ciudad con gran población.
(Instrucciones de Merikaré)
Todas las cosas buenas se han alejado, la tierra que era vista de lejos con temor impregna ahora el alimento de esos asiáticos. Los enemigos han venido desde el este; los asiáticos han llegado al Bajo País (…)
(Profecías De Neferty)

Tribus, cuadrillas y violencia
Con la aparición del hambre, la crisis de gobierno y el caos, afloran desde tiempos remotos los instintos más primarios de los hombres. Y es fácil encontrar en los textos egipcios a los que nos referimos referencias a la maldad de los hombres, a la aparición de cuadrillas que atacan en los caminos, al saqueo y la destrucción indiscriminada.

(…)quienes permanecen sobre la tierra forman cuadrillas.Un hombre sale para arar con su escudo
(…)la tierra se ha agrupado en cuadrillas y del valiente, el cobarde toma posesión de sus cosas
Ciertamente, los caminos están bloqueados y los senderos vigilados;
Los hombres se sientan en los arbustos hasta que viene el viajero nocturno
[V, 12] con la intención de capturar a sus porteadores
(Admoniciones de Ipuwer)

Hablaré a quién hoy? Los corazones son avariciosos y no existe
un corazón de hombre que uno pueda confiar en él. ¿Hablaré a quién hoy? No hay hombres justosy la tierra se abandonó a quienes hicieron el mal ·
(Diálogo de un desesperado con su propio Ba)

La asociación en cuadrillas para asaltar, robar, etc. es un elemento constante en la representación de sociedades distópicas, así lo observamos en The Road, La purga, Los hijos de los hombres

Perdida de la cultura
A través de los tiempos y desde que la escritura aparece, los pueblos consideran su cultura como parte de su legado. Los jeroglíficos, escritos en papiro, templos, obras…, permitieron a los egipcios trasmitir quiénes eran, su historia y sus creencias. El miedo a que todo el legado desaparezca aparece con más intensidad en las épocas de crisis, en las que las prioridades vinculadas a sobrevivir están por encima y se comienza a dar poco importancia a la cultura o se destruyen los escritos y representaciones artísticas en el medio del caos de los asaltos.
En las Admoniciones de Ipuwer lo refleja constantemente en diferentes fragmento de la siguiente manera:

Ciertamente, de la cámara santa, han sido eliminados [VI, 6] sus escritos,
el lugar de los secretos que estaba allí ha sido expoliado.

Ciertamente, las oficinas están abiertas y son sustraídos sus inventarios.
Los vigilantes de las puertas dicen: ‘Vayamos y robemos;(…)
Ciertamente, los escribas han sido asesinados y sus escritos sustraídos.
¡Ay de mí, a causa de la miseria en esta época!
Ciertamente, [VI, 9] de los escribas del catastro, sus escritos se han destruido (…)

Pero no es el único, la reflexión sobre la importancia de la sabiduría del pasado y su conservación la encontramos también en las Instrucciones de Merikaré:

De acuerdo con los consejos de los antepasados.
Imita a tus padres y a tus antepasados,
------
Mira, sus palabras perduran en libros,
Abre(los), lee(los) y copia su sabiduría (…)


Fahrenheit 451 de RayBradbury (1953) es la mejor versión de estos miedos, nos muestra un mundo en el que los libros han sido prohibidos y por lo tanto el conocimiento como fuente de poder y de libertad está casi extinto.

La desaparición de casi la totalidad de los textos escritos y la importancia de los mismos aparece en una película más actual, El Libro de Eli, en la que un libro parece ser capaz de controlar a la humanidad y es deseado por los poderosos. Curiosamente el libro en cuestión es La Biblia.

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Y yendo más allá de todos estos paralelismos, podemos ver una gran diferencia entre la mentalidad de las personas que vivieron durante el Antiguo Egipto y la nuestra. Muestran al poder del Estado, al faraón, como quien sigue firme a pesar del caos, como la esperanza para el futuro:

‘¡Qué horror! ¿Qué puedo hacer?’. Ciertamente, el río está ensangrentado, y cuando se bebe en él, uno se aparta de la gente y se anhela el agua. Ciertamente, los portalones, las columnas y los muros quedaron consumidos por el fuego,  pero el hall de la casa real [v.p.s.] permanece y está firme.
(Admoniciones de Ipuwer)

Ha creado para ellos gobernantes, desde el huevo,
Líderes que se alzarán en el dorso del débil,(…)
(Instrucciones de Merikaré)

No se canse, mire lo que está ante sus ojos; desde lo alto, mire, allí hay grandes hombres gobernando la tierra con todo lo que se ha hecho y lo que nunca había sido hecho.
(Las Profecías De Neferty)

No obstante, es el Primer Periodo Intermedio supone la primera ruptura de la idea del faraón como garante de la estabilidad, se le comienza a desmitificar y a humanizar.

Sin embargo, en nuestra época, conscientes de que el bienestar de un país no depende de los dioses sino de la administración y el gobierno, culpamos a los que regentan el poder de los problemas de la sociedad. Argumento que maneja sublimemente V de Vendetta.
Incluso nos atrevemos a dirigirnos directamente a un  gobernante en busca de explicaciones y responsabilidades, ya sea en libros, películas o incluso música:




Para finalizar, en todas la distopías y crisis hay un punto de esperanza. En mitad del mayor de los caos siempre hay alguien que valora el arte y la palabra más allá de la violencia que la situación genera, desde su pasado a nuestro futuro:

Las palabras son más fuertes que cualquier combate, y el ingenio no puede ser sobrepasado.
(…)
Si eres hábil con las palabras, resultarás victorioso.
La lengua es la espada de [un rey];
Las palabras son más fuertes que cualquier combate,
El ingenioso no puede ser sobrepasado.
--- sobre la estera.
(Instrucciones de merikare)

Me da pena que se admire el valor en la batalla 
menos mal que con los rifles no se matan las palabras.
(Fito Cabrales)

Poética negra
Una pluma sigue siendo preferible
a tener que desempolvar
la Magnum 44.
(Roger Wolfe)

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